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"Mi vida es de ustedes"
"Mi vida es de ustedes"
Al despertar de un desmayo que duró más de tres días, Evita tuvo al fin la certeza de que iba a morir.
[...]
Hubo un momento en que me dije: Si no la escribo, voy a asfixiarme. Si no trato de conocerla escribiéndola, jamás voy a conocerme yo. En la soledad de Highland Park, me senté y anoté estas palabras: "Al despertar de un desmayo que duró más de tres días, Evita tuvo al fin la certeza de que iba a morir". Era una tarde impasible de otoño, el buen tiempo cantaba desafinando, la vida no se detenía a mirarme.
Desde entonces, he remado con las palabras, llevando a Santa Evita en mi barco, de una playa a la otra del ciego mundo. No sé en qué punto del relato estoy. Creo que en el medio. Sigo, desde hace mucho, en el medio. Ahora tengo que escribir otra vez.
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Hubo un momento en que me dije: Si no la escribo, voy a asfixiarme. Si no trato de conocerla escribiéndola, jamás voy a conocerme yo. En la soledad de Highland Park, me senté y anoté estas palabras: "Al despertar de un desmayo que duró más de tres días, Evita tuvo al fin la certeza de que iba a morir". Era una tarde impasible de otoño, el buen tiempo cantaba desafinando, la vida no se detenía a mirarme.
Desde entonces, he remado con las palabras, llevando a Santa Evita en mi barco, de una playa a la otra del ciego mundo. No sé en qué punto del relato estoy. Creo que en el medio. Sigo, desde hace mucho, en el medio. Ahora tengo que escribir otra vez.